Las conductas son acciones concretas -adecuadas o inadecuadas- en circunstancias determinadas. Enseñamos a los niños a realizar conductas adecuadas en momentos determinados o a modificar conductas inadecuadas o que se producen en circunstancias inadecuadas. Por ejemplo
Condicionamiento clásico :
Las personas utilizamos esta forma de aprendizaje a través de la asociación de estímulos significativos para la supervivencia con otros no significativos biologicamente, pero también sabemos que una sonrisa de nuestro interlocutor puede significar aprobación y que la ausencia de contacto visual con él supone, entre otras cosas que no le interesa lo que estamos hablando y, por lo tanto, nos callamos.
En los niños este proceso de aprendizaje se da de manera más significativa. Rápidamente asocian estímulos condicionados con estímulos incondicionados.
El niño que se muerde las uñas y se las untan con un líquido de sabor desagradable acabará asociando morder las uñas con la sensación de un sabor desagradable, de tal forma que acabará no mordiendoselas aunque sus uñas no estén untadas.
Se puede utilizar este forma de aprendizaje para descondicionar conductas. Si un niño tiene miedo al agua y se resiste a bañarse, la mejor manera de quitárselo sería exponerlo al agua, de forma no traumatica (sin empujones), y estar con él hasta que se tranquilice. Este procedimiento solo sirve en caso de miedos y no de fobias, para la que es recomendable tratar con un profesional.
Condicionamiento operante:
El psicólogo norteamericano B.F Skinner descubrió que a partir de la respuesta que da el animal se obtiene de reforzador que permite que se repita esa respuesta.
si queremos que un niño repita una conducta tendremos que reforzarsela, darle un estimulo, y si lo que buscamos es que deje de realizarla deberemos evitar cualquier refuerzo. Los estímulos reforzadores no tienen que ser siempre materiales. En los niños, son más reforzadores una sonrisa o una felicitación de los padres que una golosina.
El castigo esta incluido en este procedimiento de aprendizaje: el niño que da una respuesta no aceptable obtiene un estimulo desagradable. Dentro del modelo se comprueba que reforzar positivamente las conductas es más efectivo que el castigo, ya que este, aunque no carezca de cierta eficacia, produce agresividad en el individuo y, cuando se abusa de él, indefensión.
El modelo también explica como enseñar conductas complejas, mediante un proceso de aproximaciones sucesivas. Si queremos que el niño aprenda una conducta compleja,descompongamos ésta en partes, ordenadas por el grado de dificultad, y vayamos reforzando su realización sucesiva.
Aprendizaje observacional o vicario:
Los psicólogos A. Bandura y R. H Walters plantean el aprendizaje como un proceso que trasciende las características individuales: el sujeto no podría aprender conductas nuevas sin poseer un elenco de conductas previas, es ecir, aprende observando cómo actúan otras personas.
Los niños mas que nadie, son propensos a imitar las conductas que ven en personas significativas. Por lo tanto nos encontramos con una herramienta potente en el proceso de enseñanza de conductas pero también con una fuerte de aprendizaje de conductas poco adecuadas. Un niño no necesita a nadie que le enseñe a ser violento si descubre que hay héroes de la televisión o del deporte que realizan conductas violentas y son aplaudidas por ellas.
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